lunes, 23 de junio de 2014

“La soledad en el anciano” - Marta Rodríguez Martín

Estuve averiguando sobre la soledad en el adulto mayor y encontré una investigación que se hizo en Madrid hace unos años y me pareció buena idea compartirla.

En esta investigación se habla sobre los factores que pueden causar la soledad y las crisis asociadas al envejecimiento. Se sabe que la soledad en los adultos mayores es una realidad que viene favorecida por diferentes factores o causas. Laforest define tres crisis asociadas al envejecimiento:

• La crisis de identidad donde se viven un conjunto de pérdidas que pueden deteriorar la propia autoestima.
• La crisis de autonomía, dada por el deterioro del organismo y de las posibilidades de desenvolverse en las actividades de la vida diaria (AVD).
• La crisis de pertenencia, experimentada por la pérdida de roles y de grupos a los que la vida profesional y las capacidades físicas y de otra índole que afectan en la vida social.

Además en la vejez no dejamos de vivir experiencias que nos dejan una marca y crean graves consecuencias emocionales. En esta investigación se habla sobre algunas:

a) El Síndrome del nido vacío: El primer acontecimiento importante al que se suelen enfrentar las personas mayores es el abandono del hogar por parte de los hijos para iniciar una vida independiente. La independencia y alejamiento de sus hijos les afecta al ver la casa vacía y darse cuenta que se han quedado solos, pero no pueden revertir esto porque sienten sería egoísta de su parte retenerlos. Es un proceso que toma tiempo, pero se van acostumbrando, como también hay casos en los cuales no hay necesidad de este abandono y viven con ellos.

b) Unas relaciones familiares pobres: La escasez de relación con los que van percibiendo los ancianos, y no es sólo la cantidad de esta sino la calidad de tiempo y cariño que se ve afectado creando un importante motivo de frustración en esta etapa. Las pocas visitas, el poco trato, la falta de frecuencia en llamadas o salidas; la falta de apoyo emocional y social de su entorno familiar.

c) La muerte del cónyuge: La viudedad suele ser el principal desencadenante del sentimiento de soledad en las edades avanzadas. El anciano se encuentra de pronto sin la compañía y la afectividad que tenía con su pareja, dando pie a problemas personales de adaptación a la viudedad de tipo no únicamente emocional, sino también material y relativos a la gestión del tiempo de las tareas propias del hogar y de la vida doméstica y social.

d) La salida del mercado laboral: Tras la jubilación, las personas disponen de tiempo libre que, muchas veces, no saben en qué ocupar. La pérdida de poder adquisitivo también restringe las posibilidades de disfrutar de estos momentos de ocio, así como el deterioro de las relaciones sociales, pudiendo aparecer aislamiento social.

e) La falta de actividades placenteras: La realización de actividades lúdicas puede ser la respuesta al vacío que puede dejar el aumento de tiempo libre provocado, por ejemplo, por la jubilación. No es bueno abstenerse de actividades sociales o participar en programas de adultos mayores para compartir sus ideas y gustos en común.



Marta Rodríguez Martín  (Loneliness in the elderly) (Madrid - Dic. 2009). Recuperado de: http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1134-928X2009000400003&script=sci_arttext

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