El ser humano, comienza a envejecer al nacer y este proceso nunca termina. A este período de declinación se le llama envejecimiento. Tenemos un límite promedio de vida que es entre 84 y 85 años; raramente se alcanzan los 100 años y solamente unas cuantas mujeres viven más de la centena, llevando un estilo de vida adecuado y sano. Algo que no se puede revertir ni negar es que al envejecer se producen cambios en los órganos y en la apariencia, estos se empiezan a distinguir en distintas edades en las personas según el estilo de vida que lleven. Sin embargo a medida que pasan los años se notan más, acumulándose y siendo mayormente manifiestos para todos.
En ello, los síntomas de la senectud, varían de una persona a la otra, casi tanto como su temperamento, su posición social o las circunstancias de su muerte; senectud viene a ser el último periodo natural de la vida humana. En cuanto a ello, hay investigadores que se han interesado en estudiar cómo y porqué declina el sistema inmunitario en la vejez, causa que con frecuencia facilita la infección y la muerte. En nuestros días, la medicina previene o trata eficazmente las infecciones, las lesiones físicas o la malnutrición. Sin embargo, lo que aún no puede tratarse clínicamente, depende casi por completo de la constitución genética del individuo y de su reacción al medio social.
Auquí una reflexión:
"Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena." - Ingmar Bergman (1918-2007)
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