viernes, 18 de abril de 2014

DEPRESIÓN: Prisión que algunos viven

En la actualidad existen diferentes y diversas enfermedades mentales que afectan la vida diaria del ser humano e interfieren con su desenvolvimiento natural; una de ellas es la depresión, la cual es definida por la Organización Mundial de la Salud como “Un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración”.

Según el Instituto Nacional de la Salud Mental, existen diferentes tipos de depresión; el primero de estos es el trastorno depresivo mayor, el cual se caracteriza generalmente por interferir en la realización de las actividades diarias de la persona como trabajar, estudiar, dormir, comer, concentrarse y disfrutar de las actividades que antes le resultaban placenteras. Este tipo de depresión suele incapacitar el desenvolvimiento diario de la persona y puede ocurrir durante el transcurso de toda la vida de este.

El segundo tipo de depresión es la distimia, el cual es un tipo de depresión menos grave que el trastorno depresivo mayor, lo cual no significa que no interfiera en el funcionamiento diario de la persona y en su bienestar;  ya que sus síntomas son de larga duración, es decir, de dos años a más, lo cual no incapacita a la persona pero si interfiere en su desarrollo natural cotidiano. Probablemente las personas con distimia pueden llegar a padecer uno o más episodios de depresión grave a lo largo de sus vidas.

El tercer tipo de depresión es el Trastorno Maníaco Depresivo o Trastorno Bipolar, el cual no es tan común como los dos tipos de depresión mencionados anteriormente; el cual se caracteriza por un  cambio brusco en el estado de ánimo de las personas, que pueden ir desde un estado de ánimo muy elevado a un estado de ánimo muy bajo, es decir, euforia y depresión las cuales son totalmente opuestas. Ya que la euforia es un estado en el cual la persona se siente llena de energía y entusiasmo, e inicie todo tipo de ideas que muchas veces no tienen sustento; sin embargo en la depresión la persona suele sentirse agotado, inapetente y muchas veces melancólico. En este tipo de depresión normalmente el cambio que ocurre se da de forma gradual aunque en ocasiones puede ser brusco.

Se puede decir que la depresión no es algo normal en la vejez ni en el envejecimiento de la persona, generalmente los síntomas que los ancianos pueden presentar en la vejez suelen ser menos evidentes, ya que existen estereotipos que indican que los adultos mayores suelen estar siempre tristes lo cual no permite reconocer los sentimientos de tristeza o pena que pudieran estar sufriendo en realidad. El saber diferenciar entre su tristeza real con la que se cree tienen por ser viejos.

Asimismo los ancianos son más propensos a enfermedades graves, las cuales pueden llevarlos a la depresión ya que no encuentran una solución para esta, como la diabetes, osteoporosis, el alzheimer, etc; e incluso algunos de los medicamentos poseen efectos secundarios que podría llevarlos a  la depresión. En ocasiones una causa fundamental en la depresión de los adultos mayores son los cambios físicos y biológicos que estos experimentan, ya que pueden percibirlos con mayor notoriedad en la vejez; además de sentimientos de desesperanza y aislamiento contribuyen al desarrollo de la depresión en los ancianos en especial  los que presentan alguna discapacidad. En cuanto al tratamiento que los ancianos pueden recibir generalmente se dan con antidepresivos o psicoterapia aunque en ocasiones es una combinación de ambos.


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